El pasado mes de junio, el gobernador del estado de Texas Greg Abbott, decretó una ley que protege a las iglesias y pastores contra demandas civiles o sanciones gubernamentales, por negarse a celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo.
Esta Ley protege a las organizaciones
religiosas y a las personas de la realización de matrimonios que violan
sus creencias. También prohíbe que autoridades locales penalicen a
iglesias o y lideres religiosos que no quieran prestar sus locales para
bodas homosexuales.
Esta aprobación da prioridad a las
creencias y principios cristianos, aun en contra de lo establecido por
el Estado en relación a la legalización de la unión homosexual.
El dirigente manifestó que pese a la
decisión del máximo tribunal del país, “el derecho fundamental de la
libertad religiosa sigue siendo protegido en Texas”. “Como funcionarios
gubernamentales tenemos un deber constitucional de preservar, proteger y
defender la libertad religiosa de todos los texanos”, concluyó el
gobernador.
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