“Si quieren ejemplos, en Maaloula crucificaron a dos jóvenes porque no quisieron decir la shahada. Les dijeron: “Entonces quieren morir como su amo en el que creen. Tienen una opción: recitan la shahada o serán crucificados”. Y les crucificaron. Hubo uno que fue crucificado delante de su padre. Incluso mataron a su padre. Esto ocurrió por ejemplo en Abra, en la zona industrial en las afueras de Damasco. En cuanto entraron en la ciudad, comenzaron a matar a hombres, mujeres y niños. Y después de la masacre, se llevaron las cabezas y jugaron al fútbol con ellas. En cuanto a las mujeres, les sacaron a sus bebés y los ataron a los árboles con sus cordones umbilicales. Afortunadamente, la esperanza y la vida es más fuerte que la muerte”.
Antes de que se iniciara la guerra civil en Siria, había una convivencia entre cristianos y musulmanes, pero debido a la crisis que sufre el país, dos tercios de los cristianos ya han abandonado el país, por lo que son pocos los que quedan.
Comentarios