“Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.”
Lamentaciones 3:22-23 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
En busca de la hoja en blanco. Queriendo llegar a la meta de este año para obtener un nuevo comienzo; nuevos retos, montes más altos que escalar, sueños más grandes que cumplir, nuevos tálenos que administrar, cruzar el anhelado umbral de este año y recibir otro año por gracia. A unas cuantas horas de rendirle cuentas al Señor por el año que ha pasado. Pase lo que pase, quedaré corto, y de nuevo tendré que hacer reajustes en mi vida, sin duda este año seré pesado en una báscula mejor calibrada que los otros años, sin duda alguna no alcanzaré la talla a la cual he sido llamado, pero tengo la certeza que Cristo me hace acepto al Padre y me da lo que le falte a mi corazón para ser aprobado. Este año que termina no hay nada que esconder.
Quiero entregarme estas últimas horas con pasión a tu obra. ¡Pon en mi camino a una persona más que anunciar tu salvación ¡Pon en mi camino otro hambriento a quien tú quieras alimentar! ! Pon en mi camino alguien más a quien quieras Tú llamar!
Quiero arder una vez más y tener el privilegio del poder vivo recorriéndome, llámame hoy una vez más a interceder por unos de los tuyos, llámame hoy una vez más y proclamaré tu grandeza. Un round más Señor, concédemelo, y no te decepcionaré. Un round más Señor, seguiré peleando hasta que suenes la campana. Llámame a pelear antes de que suene la última campanada.
Pero, pase lo que pase al término de este año, espérame con tu gracia en el año venidero. Pase lo que pase en este año que te entrego, espérame con tu sangre redentora al comienzo del año venidero.
Gracias mi Señor por el año transcurrido. Gracias mi Señor por este nuevo corazón que me has dado. Gracias mi Señor por esos nuevos paisajes que me has mostrado. Gracias por esos regalos que me has dado en el año que te entrego.
Permíteme oh Dios mío agradecerte hoy de nuevo por otro año que he encontrado tu favor, tal vez hubo miedo, duda, pruebas o dolor…Pero Tú me guardaste y sustentaste.
Hoy que acaba este año, te invito hermano a hacer una introspección y le entregues al Señor el año que ha pasado. De nuevo entrégale tu vida, desnuda tu alma y encuentra descanso en la gracia de Jesús.
En la antesala del año venidero, recibe de nuevo esa gracia que te permitirá alcanzar metas y sueños que no obtuviste en el año que ha pasado.
Comentarios