China Planifica Su Futuro Se Abre al Mercado y a la Empresa Privada

Los dirigentes chinos han diseñado el futuro de la segunda potencia mundial. Una estrategia que transformará al gigante asiático en la próxima década. Su objetivo es el de duplicar la riqueza y la de sus habitantes en el horizonte del año 2020. No obstante, los detalles de estas reformas aún están por develar.

Ellas y ellos suman casi cuatrocientos. Son los miembros titulares y suplentes del Comité Central del Partido Comunista de China que, tras una reunión a puerta cerrada de cuatro días en Pekín, han trazado el futuro del gigante asiático para la próxima década. Unas reformas que deben y conducir a duplicar la renta per cápita de los chinos en el 2020 y asegurar un crecimiento económico estable en torno al 7%.

Un año después de asumir el liderazgo, los dirigentes comunistas han decidido concentrarse en la reforma de siete sectores clave para transformar la economía del país asiático, si bien no han definido aun el calendario de su aplicación.

Apuestan por modernizar el clima empresarial. Subrayan la necesidad de modernizar y mejorar la gestión del sector público, que seguirá jugando un papel fundamental en la economía del país y afirman su apoyo el desarrollo del sector privado.

La cúpula del Partido ha optado por evitar pronunciarse abiertamente sobre los monopolios estatales y en su lugar ha optado por hablar del papel del mercado. Un eufemismo para plantear su reforma. Un asunto que la terminología utilizada sugiere la existencia de vivas discusiones, debido a los grupos de interés existentes en torno a estas industrias. La apuesta, sin embargo es la de construir "un mercado abierto, ordenado y competitivo", según el comunicado de la reunión. Un objetivo al que los líderes comunistas señalan que "hay que dedicar un gran esfuerzo para lograr derribar las barreras internas que frenan los avances en la eficiencia y la equidad". Los principales monopolios estatales se concentran en los sectores de gas y petróleo, electricidad, carbón, banca, telecomunicaciones y transporte ferroviario. 

La construcción de un nuevo sistema de gestión agrícola es otro de los temas pendientes. Apuntan a dar a los agricultores más derechos sobre la propiedad de los terrenos que cultivan. Un reconocimiento que debería frenar el afán de los gobiernos locales de obtener beneficios por medio de la transferencia de tierras.

Uno de los platos fuertes de esta reforma es el ámbito financiero. Concretamente, la liberalización del yuan y la flexibilización de los tipos de interés. Se trata de proseguir la reforma que China inició el pasado mes de julio, cuando comenzó a permitir que los bancos decidieran sus propios tipos de interés. en julio, aunque las tasas de depósito las sigue fijando el Banco Popular de China. Se prevé fijar un sistema de seguro de depósitos.

El gigante asiático contempla asimismo impulsar la apertura del sector bancario. Una medida que supondrá abrir la puerta a las entidades financieras privadas, así como a las extranjeras a largo plazo. Esta reforma, sin embargo, tropieza con la resistencia de la gran banca estatal, acostumbrados a ganar dinero de forma fácil a través de proyectos financiados por el Gobierno.

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