El pastor Segundo Camejo ofrendó su vida por la paz en la cárcel de uribana, lo recuerdan como mártir: “Si muero en Uribana seré feliz”
Sobre la intervención militar del viernes Juan Carlos, el preso más antiguo del penal, asegura que todos los presos estaban en la pista, que ya los habían revisado cuando sonó el disparo y todos se acostaron. Asegura que los guardias estaban alrededor y presume que entre ellos mismos se enfrentaron y mataron a su compañero. Juan Carlos dice que no sabe quién comenzó a disparar. En medio del tiroteo dice que a uno de los guardias se le cayó un radio, que lo tomó y escuchó ya refugiado, cuando éstos decían que ya tenían todo controlado. Dice que les disparaban desde las garitas y que ‘El Chueco’ Henry fue quien socorrió al pastor Mario Segundo Camejo, quien murió orando por la paz del penal luego de recibir un balazo.
Camejo estaba entregado en cuerpo y alma, no sólo a Dios, sino a buscar la paz del penal. Lo aseguran sus familiares, testigos, de cómo todos los días se iba de madrugada al penal a atender a los que consideraba “sus hijos y muchachos”, los presos. “Quería ser recordado como un mártir. Si muero en Uribana seré feliz”, le dijo en una oportunidad a su esposa Eddy de Camejo. Sus familiares, entre ellos sus cuatro hijos, todos creyentes de Dios, esperan que el sacrificio del pastor Camejo por la paz de Uribana no quede en vano. El pastor iba a quedarse en el penal de jueves para viernes, pero se lo impidieron. Fue el viernes al penal, llegó a las cuatro de la madrugada y a las 10 de la mañana habló por última vez con su familia. Les dijo que estaba bien, que todos los presos estaban en el patio y que todo marchaba bien. Al rato, familiares supieron que el pastor estaba herido y rato después, que murió desangrado.
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