Un día de la pasada semana observaba en la noche la TV y me llamó la atención una de sus promos: Correr sin parar. Esperé con expectativa el programa, pues seguramente -pensé- entrevistarían a maratonistas, nos darían consejos sobre cómo correr mejor y cómo elevar la resistencia.
La sorpresa se hizo presente cuando conocí su contenido: la historia de Budhia Singh, un humilde niño que nació hace cinco años en la India, cuyo padre murió al poco tiempo y cuya madre estuvo a punto de venderlo por seis euros, dada su precaria situación económica.
Una realidad, lamentablemente, que no es extraña en algunos países pobres del mundo, pero que en el caso de Singh alcanzó notoriedad, porque el chiquillo fue capaz de correr 67 kilómetros sin parar.Este sábado en el cumpleaños de mi sobrino Carlos Alfredo Fermin Linzalata, el artista Pedro Fermín me hizo referencia a ese programa y anteayer la lectoral Norma Lucía Jiménez escribió en mi blog sobre el tema y afirmó que le parecía una explotación por parte del hombre que lo entrena y me preguntó ¿Qué consecuencias físicas podría tener para el pequeño? "Me preocupa y me parece increíble, escribió Norma, lo poco que ha hecho la India para detener lo que se hace con este pequeño.
Me gustaría mucho saber tu opinión, pues como no soy maratonista quizás esté exagerando".Tal como se lo indiqué a mi lectora en su oportunidad y hoy comparto con todos no es cuestión de ser o no maratonista para darse cuenta que someter a un niño de cuatro o cinco años a una situación como esa, pese a que pueda tener condiciones para correr, es atentar contra la vida misma de chico.Correr 42K es un desafío para cualquier hombre o mujer adultos.
Amerita meses de entrenamiento, preparación psicológica y saber enfrentar los imponderables personales o situaciones climatológicas que puedan presentarse.
Hay ocasiones en que a pesar de ser un experimentado corredor que entrenó a conciencia puede el hombre o mujer colapsar por no manejar inteligentemente la estrategia de carrera. Hay especialistas que recomiendan no correr 42K si eres menor de 21 años.
Por qué creen que la mayoría de los maratonistas élites en el mundo superan los 30 años? Es un error, en mi humilde opinión, someter a un bebé de esa edad.
Lo más grave en el caso de Budhia Sing es que debió enfrentar esa prueba sin hidratarse, pues no recuerdo que en el programa transmitido por Discovery, el niño haya recibido en el trayecto alguna bebida o alimento que le ayudase a reponer las energías perdidas, a excepción del momento en que colapsó y que me hizo recordar situaciones vividas en maratones, cuando cerca de la meta algún compañero es montado en una ambulancia y trasladado a un hospital por no poder ya su cuerpo de adulto soportar el reto de los 42K.Ariel Scher, sobre este caso, escribió en el diario El Clarín de Buenos Aires que "sólo en una realidad así, así de cruel, es posible tanta desproporción: todas las injusticias de la Tierra caben en los piecitos de un chico de cinco años.
Hay que ver esos piecitos. Piecitos nuevos, piecitos tiernos, piecitos que debieran acercarlo a un colegio, a un partido entre amigos, a una caminata con su mamá.
Otra dirección tienen los piecitos de Budhia Singh, que nació a la vida en el 2002 en una de las indigencias de la India, y que nació a la notoriedad en estos días, cuando corrió delante de cámaras ávidas, de patrocinantes voraces y de entrenadores impiadosos los 65 kilómetros que hasta ahora, para los registros atléticos, no había surcado ningún niño. De nuevo: corrió 65 kilómetros. Pobres y firmes piecitos los de Budhia Singh, que ya son parte de las mercaderías humanas de esta época".
Por Ernesto Linzalata
Fuente: http://www.eluniversal.com/
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